Obituario

¡Ay Jacob! qué incomprensible es la vida algunas veces.

Te has ido sin avisar, sin que estuviéramos preparados para decirte adiós, aunque para ese adiós nunca estamos preparados. Sin hacer ruido, como eras tú, caminando a una nueva vida.

Ahora nos queda recordarte y tenerte para siempre en nuestro corazón. Recordar cómo te reías con Pepe y Rafa, que seguro que ya estaréis los tres en el cielo, disfrutando. Recordar como una tarde tiraste de la pecera y todo cayó al suelo, ¡cómo te reías! Cómo te reías cuando tus cuidadoras intentaban coger el pez…

La música ha sido tu debilidad, te morías de risa cuando te cantábamos por Pitingo, Sergio Contreras, Marisol y algunos más. Ahí te morías de la risa. Y tantas cosas que nos han pasado.

Ese recuerdo de tu sonrisa y felicidad es lo que nos queda y dentro de esta tristeza que ahora tenemos, también nos queda la satisfacción de haberte hecho feliz todos estos años.

Tu recuerdo estará siempre con nosotros.

Tus amigos de la Asociación Paz y Bien.