Ana González Pinto ha conocido en primera persona los recursos y servicios para personas con discapacidad intelectual y para menores del sistema de protección que la entidad ofrece en la ciudad panadera.

La delegada territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación en Sevilla, Ana González Pinto, ha visitado esta mañana las instalaciones de Paz y Bien en Alcalá de Guadaíra, donde la entidad atiende a personas con discapacidad intelectual y a niños y niñas del sistema de protección de menores, a través de diferentes servicios y programas con los que se mejora el bienestar y la calidad de vida de estos colectivos.

La delegada territorial ha conocido de primera mano los centros de día y residenciales para personas con discapacidad intelectual ubicados en el complejo social San Buenaventura, y el centro de acogida inmediata ‘Villa Elvira’, donde se atienden a menores tutelados por la Junta de Andalucía. En la visita, González Pinto ha estado acompañada de la presidenta de Paz y Bien, Pepa Romero, y de varias ediles del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, entre las que se encontraban María José Morilla, delegada de Accesibilidad; Virginia Gil, delegada de Servicios Sociales y Salud Pública; y Rosa María Carro, delegada de Dinamización Ciudadana, Turismo, Transparencia y Juventud.

Ana González ha resaltadoel trabajo conjunto que viene realizando la administración andaluza con las entidades del sector, entre ellas Paz y Bien, en el acompañamiento a personas con discapacidad intelectual y menores tutelados por la Junta de Andalucía”. En este sentido, ha destacado que “para la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación es una prioridad reforzar la dependencia y la atención a la infancia, más si cabe después de un año en el que se han tenido que aumentar los apoyos a los servicios sociales y los colectivos más vulnerables”. Así, concluía resaltando los “370 millones del presupuesto destinados a dependencia en Sevilla y provincia”, y la reciente aprobación del primer trámite a nivel parlamentario sobre la nueva ley de Infancia y Adolescencia en Andalucía, con la que dice, “se pone el foco en el futuro de la infancia de nuestra tierra y se hace hincapié en la protección de los derechos de los niños y niñas de Andalucía”.

Por su parte, la presidenta de Paz y Bien, Pepa Romero, ha puesto en valor “el aliciente que supone esta visita y el interés mostrado por la administración en conocer el día a día de los centros de la entidad, sobre todo en el momento actual y después de un año en el que el personal de la entidad ha dado lo máximo para hacer valer los protocolos y el acompañamiento a las personas usuarias”.

PAZ Y BIEN EN ALCALÁ DE GUADAÍRA

La Asociación Paz y Bien llega a Alcalá de Guadaíra en 1987, después de que la empresaria cántabra María Luisa de Velasco donara a esta entidad la por entonces Finca San Buenaventura, ubicada en el Parque Natural de Oromana. Un terreno de 100.000 metros cuadrados al que la asociación rápidamente empezó a sacar provecho, generando recursos para la comunidad con el apoyo del Ayuntamiento y la administración autonómica.

Solo un año después de aterrizar en Alcalá, la entidad puso en marcha la primera Casa Oficio, en la que se integraron jóvenes con discapacidad intelectual que, como cualquier otra persona, demandaban una ocupación laboral. Las Escuelas Taller se impulsaron en esos primeros años de Paz y Bien en el municipio. De ellas saldrían trabajadores y trabajadoras, jóvenes de la localidad en riesgo de exclusión social, que consiguieron formarse profesionalmente y que formarían parte en el proceso de creación de las infraestructuras con las que se fue llenando la finca. Estructuras que hoy día dan servicio a más de 200 personas diariamente, muchas de ellas, vecinos y vecinas de la localidad en el actual Complejo Social San Buenaventura. Además la asociación también ha contado con estos jóvenes para la plantilla de profesionales de Granja Escuela y la empresa de servicios accesibles ‘SEABI’.

Actualmente, la entidad da empleo a 141 personas en los diferentes centros que se encuentran repartidos por la ciudad panadera.